La boda de Irene y Alejandro fue la mezcla perfecta de emoción, alegría y diversión. Desde el primer momento que hablamos con ellos supimos que las cosas iban a fluir de una manera súper espontánea y la preboda fue un ejemplo perfecto. 

Tras conocernos y entablar ese primer contacto llegó el gran día. Los preparativos tuvieron lugar en la casa de Alejandro, por un lado, y en un pequeño y bonito apartamento del casco histórico de Jerez en el caso de Irene.

Allí, acompañados de los familiares más cercanos, vivimos momentos tan emocionantes como el instante en el que la abuela de Irene la vio vestida de novia. Las lágrimas saltaron solas… ¡A nosotros también!

La ceremonia tenía lugar en la Basílica del Carmen, en Jerez de la Frontera. Un espacio espectacular gracias a su diseño arquitectónico con detalles de mármol y a la preciosa luz que inunda el altar.

Tras dar el sí quiero, la celebración tuvo lugar en las Bodegas Gonzalez Byass. Los aperitivos a la sombra de las parras dieron paso al convite en interior con una decoración preciosa presidida por una espectacular lámpara de araña que inundaba la pista central.

El día terminó con una fiesta en uno de los jardines principales en las que, a pesar de las restricciones por la pandemia, no quedó un solo invitado sin disfrutar de una noche inolvidable.

Finca: Bodegas Gonzalez Byass